martes, 25 de agosto de 2009

1813 - Batalla de Castalla y operaciones en Levante y Cataluña



En los inicios del año se producen movimientos en las líneas enemigas y por tal motivo fue enviado del Estado Mayor D. Manuel Álvarez, al mismo tiempo que D. Francisco Serrano recibía la orden de pasar a Fresneda para tratar con el General en Jefe Duque de Ciudad Rodrigo extremos como la provisión de caballos para los soldados de Almansa y Olivenza, el envío del regimiento de Guadalajara que continuaba en Mallorca y las atribuciones que debían tener los Inspectores y ciertas mermas de poder que implicaban respecto al poder que detentaba Whittingham.














Desde Fresneda, el 19 de febrero de 1813 le escribe el Marqués de Wellington como Comandante en Jefe de los Ejércitos Españoles:


" sabedor de las controversias....he ordenado a los Inspectores Generales de Infantería y Caballería de nombrar Inspectores adjuntos a su División y le convido a someterse a su control..."

Esta carta fue desalentadora para nuestro general.


En relación a las operaciones militares, desde San Juan, Samford escribió el 22 de febrero , sobre la acción de Jijona :

".... El Mayor Campbell , Ayudante General del Ejército de Sicilia, ha llegado y ha asumido el mando.....Los franceses intentaron hace un par de días tomar por sorpresa Xixona que es uno de nuestros puestos de avanzada, la guarnición consistía en mi batallón de Granaderos y el 2º batallón italiano, reclutado por Lord William Bentinck y compuesto por desertores de todas las partes del mundo ( ver nota ). En el transcurso de dos días 86 hombres de este batallón habían pasado a los franceses y recientemente quisieron linchar a un oficial que se salvó gracias a la intervención de un cabo...Avisado y acudiendo al puesto, su Coronel Grant me aseguró que si se les ordenaba marchar a Alicante la mayoría de ellos desertarían por el camino. Considerando las circunstancias decido enviar un ordenanza al General Campbell solicitando instrucciones, este vino la misma mañana ordenando desarmar el batallón y enviarlo como presos a Alicante al día siguiente pero yo insistí en que se verificase esa misma tarde.

Yo ya había ordenado al batallón de Murcia de marchar hacia Xixona y el General a su vez ordenó lo mismo al 1º batallón del 27th British Regiment-Inniskillings junto con un escuadrón del 20th Dragoons. Sobre las cinco y media de la tarde llegaron las tropas británicas y el batallón italiano se puso en marcha desarmado y sin la menor dificultad, acompañado por el batallón de Murcia y los británicos. A su llegada a Alicante, todos fueron enviados a bordo de un barco fondeado. Me mantuve en Xixona con mi batallón de Granaderos y alrededor de las ocho de la tarde llegó para reforzar el puesto el 1º batallón del 58th British Regiment al mando del Teniente Coronel David Walker procedentes de Palermo.

El francés estaba determinado a tomar Xixona esa noche, los Generales franceses Habert y Goudin marcharon desde Alcoy con 1500 hombres de infantería y 150 de caballería....A las dos y media de la madrugada comenzó el fuego de los puestos avanzados, las tropas tanto españolas como británicas, reaccionaron con admirable rapidez y hicieron lo imposible para que el enemigo no avanzara pero después de algún tiempo se vieron arrollados y el francés descendía la quebrada no pudiendo, sin embargo, avanzar por nuestro fuego intenso desde el puesto. El enemigo se extendía por su izquierda para abrir una comunicación con los italianos que todavía creían ocupaban la plaza. Con las primeras luces del día cruzamos el barranco con las compañías ligeras y tras ascender la colina por el otro lado, descubrimos las columnas francesas a medio camino retirándose hacia la montaña con sus tropas ligeras cubriendo su retaguardia. Probablemente habían descubierto el cambio que había tenido lugar en las tropas y en consecuencia comenzado su retirada. Decidí no salir de la fuerte posición que tenía y no atacar a la luz del día. Tomamos seis prisioneros. Recibí las felicitaciones por haber retirado a tiempo los italianos e impedir el efecto moral que se habría producido en el país al ver a unas tropas británicas disparando a los españoles ya que su vestimenta es escarlata..."

( En cambio el 1º batallón de los italianos estuvo al mando del Mayor Bourke, oficial de origen irlandés y con 25 años de servicios, quien con su tacto y buen juicio hizo de él la gloria y orgullo de sus hombres, teniendo este batallón un comportamiento valiente y ejemplar )


En fecha 20 de marzo desde Alcoy, sede de su Estado Mayor, Don Santiago escribió extensos

escritos sobre :

La acción de Alcoy del 7 de marzo

"....Sir John Murray había tomado el mando del Ejército de Alicante y ordenado un reconocimiento del frente.....Yo tenía conmigo cinco batallones ( 5º de Granaderos, 1º de Córdoba, 2º de Murcia, 2º de Burgos y Cazadores de Mallorca ), un escuadrón de caballería ( Cazadores de Olivenza ) y dos cañones de montaña transportados por mulas formados en estrechas columnas continuas cerca de Alcoy... Disponía de unas 4.000 bayonetas...A las doce de la noche di la orden de avanzar, mi vanguardia consistía en el regimiento de infantería ligera Cazadores de Mallorca del Coronel Campbell fuerte de 1.500 hombres.

Antes del amanecer dimos con los puestos avanzados franceses que ocupaban un bosque a la vez que apareció la División Inglesa al mando del General Abert que en combinación con la nuestra debía obrar sobre Alcoy. Esta División actuó siempre de reserva. Los franceses se retiraron enseguida para reunirse con el grueso de sus tropas.

Como desconozco las fuerzas del enemigo, decido parar y formar una línea, las cornetas ordenando el cambio. esto atrajo al enemigo que avanzó hacia nosotros y como el batallón de Campbell se encontraba en el momento de extenderse apoyado por la columna de batallones, la longitud de la línea era inmensa y su izquierda estaba en peligro de ser cortada por el rápido y repentino avance del francés. Para hacer frente a esta situación, ordené a la tropa de cazadores del Teniente Fernández de cargar contra el centro de la línea francesa, mientras sonaban mis cornetas ordenando cambiar el frente de la izquierda al centro; este movimiento se ejecutó correctamente, mientras el sable de Fernández casi divide en dos a un soldado que se aventuró a oponérsele, acabada la carga se situaron a nuestra retaguardia bajo nuestro refugio.

Habiendo mostrado el francés cual era su fuerza, decido llevar a mi división mas allá de la posición al otro lado del paso ( puente ) de Albaida. En consecuencia avanzo con el conjunto de la infantería ligera en orden extendida con el apoyo de la infantería de línea y llevo al enemigo en retroceso, de árbol en árbol, hasta que limpié el bosque a cuyo extremo se formó nuestra línea.

En un alto, hecho inevitablemente para dar órdenes en cuanto a la ocupación de una carretera a nuestra derecha, me acerqué a la sede del mando del General Abert lo que permitió a un francotirador tener un buen objetivo conmigo y me golpeó en el lado derecho de la boca.

Mi ex-herida fue en el lado izquierdo, esta solo fue un rasguño en la carne y no me detuve a curármela.

Nuestro avance en el bosque fue brillante y tan pronto como fue despejado, nuestros cañones fueron puestos en posición al momento y los dos primeros disparos dirigidos por el Capitán Arabin dieron en el centro de la línea francesa, creando una considerable confusión. Inmediatamente ordené un ataque general de todas las tropas que se realizó hasta que el francés retrocediendo atravesó el paso de Albaida.

Las tropas españolas, sin ayuda de soldados británicos, bajo una hábil dirección , han demostrado estar a la altura de los veteranos guerreros franceses. Los disgustos y duros trabajos realizados en Mallorca en el pasado han dado sus frutos con estos indiscutibles éxitos en estas ocasiones narradas...."

( estas fueron reconocidas oficialmente por Sir John Murray desde su C.G. con sede en Alicante.El capitán Arabin, ascendido a Coronel murió al mando de la Real Artillería en Las Bermudas el 17 de agosto de 1843. El 8 de abril de 1847 Ricardo, el hijo mayor de Don Santiago, se casó con Elisa, hija mayor del Coronel Arabin )



La acción de Concentaina del 15 de marzo

".....como consecuencia de la orden del Teniente General Sir John Murray de hacer un fuerte reconocimiento hacia Concentaina, he avanzado a las tres de la madrugada de ayer con la mayor parte de mi División...también he ordenado al Mayor Bourke , que manda el 1º batallón de Italianos que esta emplazado en Sarga, de ocupar Alcoy a la luz del día; y he situado los batallones de Murcia y Córdoba con dos cañones de a 4 libras y un obús en una posición previamente marcada, alrededor de media legua en la carretera que va de Alcoy a Concentaina, frente a un barranco, donde se ha construido unas defensas con troncos y cortado el puente a fin de permitir únicamente el paso de un hombre a la vez.

Marché en el siguiente orden, la vanguardia ( al mando del Teniente Coronel Juan Antonio Monet ) formada por 3 compañías de Cazadores de Mallorca, las compañías de ligeros de Murcia y de Córdoba y 1 subteniente con 10 dragones de Olivencia. La columna ( al mando del Coronel Patricio Campbell ) con 5 compañías de Cazadores de Mallorca, el 5º batallón de Granaderos, 2 cañones de montaña de 4 libras( al mando del Capitán Arabin ) y 1 capitán( Capitán D. Francisco Fernández ), 1 subteniente con 25 dragones de Olivencia.

Al llegar cerca de Concentaina, apuesto en guardia el batallón de Granaderos alrededor de la entrada del pueblo, entra la vanguardia en la plaza y el Coronel Campbell formó su regimiento en estrecha columna en la carretera que conduce a Concentaina. Las tropas de Monet atraviesan el pueblo y marchan por carretera hacia Albaida y unos minutos antes del amanecer, cayeron sobre un puesto de avanzada en la Cruz de Valencia, media milla cerca de Concentaina.

Este puesto avanzado retrocedió hacia el siguiente puesto seguido por los cazadores y el enemigo al unirse reaccionó y se entabló un fuego intenso por ambas partes, Monet conseguía

hacer retroceder al francés cuando apareció un batallón de 800 de infantería de línea (114eme de ligne ) y 150 dragones ( 24eme Dragons ), ordené entonces retroceder hacia Concentaina con la esperanza de atraer el enemigo. El Coronel Campbell, al mismo tiempo, avanzaba con sus 5 compañías y con la artillería de montaña en estrecha columna para apostarse a la derecha del pueblo.

Los dragones de Olivencia con tropas ligeras de Murcia se movieron hacia el flanco derecho a lo largo de la carretera de Muro y ocuparon el caserío de Alcudieta, donde el oficial al mando tenía orden de que, tan pronto como empezaran los disparos, sus fuerzas debían colocarse en la colina cerca del puente de Albaida a fin de hostigar la retaguardia del enemigo.

Llegaron las tropas de Monet colocándose a la defensiva en el pueblo, la columna de los franceses apareció y después de llegar a unos 500 o 600 metros de la plaza se detuvo para agruparse, momento en que el Capitán Arabin abrió un fuego bien dirigido sobre el enemigo quien después de un corto recorrido, se retiró hacia el puerto de Albaida donde fue hostigado

huyendo en pleno desorden. Después de haber cumplido, por lo tanto, con las instrucciones de Sir John Murray, di orden de replegarnos a nuestra posición anterior que se hizo sin la menor molestia por parte del enemigo.

Los disparos comenzaron sobre las seis de la mañana y duraron hasta las diez y media. La pérdida del francés, a mi entender por los informes de varios desertores, es de unos 60 hombres y 2 caballos muertos o heridos. Hemos contado 40 cadáveres enemigos. Por mi parte no tengo ningún hombre muerto. Un capitán y cinco cazadores de Mallorca así como dos ligeros de Murcia están heridos. Tengo motivos para estar satisfecho con la valentía y frescor de los oficiales y soldados de la División bajo mi mando que, en este caso como en todas las ocasiones, han actuado colmando mis expectativas y el deber cumplido hacia su país......"


( estas acciones permitieron establecer el Cuartel General de la División en Alcoy )


El 12 de marzo, desde Fresneda, le comunica Lord Wellington:

"......he dado orden a los Inspectores de Caballería para que hagan las gestiones oportunas para que la totalidad de las fuerzas de los Húsares de Aragón y el Regimiento de Cuenca que cuanto antes pasen a integrarse en los Regimientos de Almansa y Olivenza afín de que estos últimos estén al completo pero ya podrá disponer de los caballos necesarios mientras sus hombres se formen ya sea en España o en Mallorca......"

Establecida la División en Alcoy con la vanguardia en Concentaina se fortificaron todos aquellos puntos adecuados para resistir un ataque general, se amplió un camino hacia Carrasqueta en solo veinte días con la ayuda de técnicos ingleses y la colaboración de paisanos lo que facilitó mucho la comunicación con Alicante. Se organizaron dos compañías a base del personal más débil y fatigado que fueron destinadas a la requisición y custodia de víveres de los que la División tenía gran necesidad. A finales de marzo regresó el Jefe de su E. M. Don Francisco Serrano habiendo arreglado los diferentes puntos que había ido a tratar.

Desde Alcoy en fecha 24 de marzo escribió :

".....acompaño las cuentas de la acción que tuvo lugar el día 15....Veo con orgullo que la división ha sido mencionada por dos veces en las Ordenes Generales .... Mi herida es dolorosa aunque no es peligrosa.....Los franceses tiene quince batallones en mi frente en Albaida y San Felipe........Nuestro ejército se está concentrando y en pocos días espero que habrá una acción general, en la cual, gracias a Dios, voy a ser capaz de desempeñar una parte......."

En abril de 1813 el Mariscal Suchet decide atacar a las fuerzas aliadas antes de que estas fueran reforzadas. La noche del 10 al 11 derrota en Yecla a la división española del General Fernando Miyares, conquista las plazas de Yecla y Villena y toma un gran número de prisioneros.

Al día siguiente 12 la vanguardia francesa combatió contra ingleses y españoles en el puerto de Biar, estos intentaban ganar tiempo para que el Teniente General Murray concentrara sus tropas en Castalla.

El día 13 Suchet al frente de un ejército de 18.000 de infantería, 1.600 de caballería y 20 piezas de artillería cruza el puerto de Biar, envía su caballería hacia Onil y comienza a desplegarse en la Hoya de Castalla, mientras Murray había dispuesto sus tropas en las alturas cercanas.

La importancia de esta batalla se ponía de manifiesto que de obtener la victoria se aseguraba la posesión de Alicante y su puerto tan vital para la escuadra inglesa y los movimientos de tropas que se hacían a través del mismo.

La batalla de Castalla del 12 y 13 de abril

Con fecha 14 de Abril de 1813 desde la colina de "Guerra" ( se refiere a las colinas de la Sierra de Argüeña ) escribió el siguiente informe sobre la batalla dirigido al Comandante en Jefe del Ejército Aliado Sir John Murray

".......ayer día 13, como consecuencia de sus ordenes que me comunicó el Teniente Coronel Catanelli de su Estado Mayor, marcho al mediodía hacia mi izquierda desde mi posición en la colina de "Guerra" con el 5º de Granaderos, el 2º de Murcia y los Cazadores de Mallorca por la carretera de montaña que se une a la de Sax , prolongando la línea. Dejé en Alcoy el 1º de Córdoba y 2º de Burgos bajo el mando del Coronel Julián Romero que fueron atacados por fuerzas superiores y lograron derrotar al enemigo.








Después de marchar sobre media hora he recibido un mensaje de parte del Sargento Mayor Guerra que dejé con dos compañías de Cazadores de Mallorca cubriendo la colina informándome de que tres columnas enemigas se están formando al pie de la posición y están preparados para atacarles. Inmediatamente ordené al Coronel Serrano, Jefe de mi E.M. de marchar rápidamente y reconocer el estado del puesto e ir con el 2º de Murcia a darles apoyo, llevando órdenes el Coronel Pablo Casaus del Murcia de defender el puesto a cualquier precio y que debe situarse a las alturas de "Guerra". El fuego ya es general a lo largo de toda la línea y observo como el enemigo estaba en la misma posición en la altura a la izquierda nuestra, por donde podría flanquear a las unidades de Cazadores de Mallorca situadas en la colina "Nadal" . Ordeno al Coronel Campbell de los Cazadores de tomar esa posición de altura con dos compañías, lo que logró al momento con un ataque a la bayoneta.

Dejando el resto del Cuerpo en esa parte de la línea me apresuro con el 5º de Granaderos a regresar a la colina de "Guerra" donde estaban siendo atacados con energía por el francés, durante la marcha recibo un aviso verbal por parte del Coronel Serrano que era necesario reforzar ese punto con más tropas por lo cual envío mensaje urgente al Coronel Romero situado en Alcoy de acudir rápidamente con la mayor parte del Córdoba y del Burgos. En el momento que llego a las alturas de "Guerra" formo los Granaderos en dos columnas con la cabeza de línea frente a los dos puntos más accesibles y donde los ataques fueron dirigidos principalmente.

Una columna fuerte de granaderos franceses ha tomado la altura de "Serratella", con otra columna aún más fuerte de fusileros y ligeros a su derecha. He pedido a mi reserva de avanzar, Romero se mantiene en la primera línea con gran fuerza. Después de una obstinada lucha por ambas partes, el enemigo decide atacar a la bayoneta y su primera columna avanza por la cresta del monte, la segunda columna avanza más abajo por el paso de "Pelliser". El francés avanza rápidamente hacia nuestra posición, inmediatamente envío al Teniente Coronel Ochoa con la reserva a mantener la línea y al Coronel Serrano con el Mayor Ontiveros por su izquierda para cubrir el paso de "Pelliser", pero la reserva desplegada de inmediato con la tropa de primera línea le cargaron con tanto espíritu que el enemigo fue derrotado y, con la mayor confusión, no pudo formar de nuevo hasta llegar a la cima de la colina del "Doncel". El Coronel Casaus con el 2º de Murcia a los cuales yo había confiado la defensa de "Guerra" fue fuertemente atacado por más de 800 de infantería ligera con el apoyo de una columna de Granaderos. Ordené a los Cazadores de Mallorca de acudir en su apoyo.

Los Cazadores de Mallorca con algunos hombres del Murcia en el puesto de Olla Redonda y el 5º de granaderos con el 1º de Guadalajara desde las alturas mantuvieron un fuego constante, el enemigo a pesar de ello estaba decidido a romper la línea. Pero Casaus habiendo llevado las reservas y dado el mando de la derecha al Sargento Mayor Juan Bascoti, de su izquierda al Teniente Coronel Melchor Sax y de su centro al Sargento Mayor Guerra, mantiene el fuego hasta las cuatro y media de la tarde. Molesto por la obstinación del francés, Casaus ordenó a sus tropas junto con las cuatro compañías de los Cazadores de Mallorca de cargar al enemigo a la bayoneta, lo que hicieron de inmediato con tal ímpetu que el francés no se atrevió a esperarlos y huyó vergonzosamente y con demasiada rapidez para que nuestros hombres, que estaban cansados, pudieran hacer prisioneros.

Le puedo asegurar a su Excelencia que las fuerzas del enemigo que nos atacó fue muy superior a la mía y que, después de un duro enfrentamiento de tres horas y media, fue rechazado al mismo tiempo en toda la línea, dejando el campo cubierto de muertos.

Recibida las órdenes de su Excelencia de trasladar mi línea hacia delante, en proporción al resto de tropas del ejército que debían de avanzar, tan pronto como percibí el movimiento general, dejé al Coronel Rafael Casteras con su 2º de Burgos en la posición y avancé con el 5º de Granaderos y el 1º de Córdoba cubriendo mi frente con dos compañías de Cazadores de Mallorca en avanzada. Marché en ese orden a la cumbre de "Doncel" siguiendo después, formando en batalla, a la par de la primera línea de las tropas inglesas que se encontraban a mi derecha. Al mismo tiempo, envío a mi izquierda por la montaña del Águila, al Coronel Casaus con los regimientos Murcia y resto de Cazadores de Mallorca reforzados por el 1º batallón italiano con la intención de flanquear por su derecha al enemigo que va descendiendo hacia la llanura y tomando la dirección del Monte de los Yerres. Los Cazadores fueron cargados al pie del monte por un destacamento de dragones , lograron rechazarlos con algunas pérdidas. Al caer la noche la columna se detuvo y regresó a su posición, siguiendo las órdenes de su Excelencia.

A su Excelencia recomiendo especialmente, en los términos más elogiosos, al Coronel Serrano, mi Jefe de E.M. a cuyos esfuerzos, valor y conocimiento es por mucho el merito suyo del éxito de este día. También recomiendo al Teniente Coronel Catanelli del E.M. inglés que estuvo en el conjunto de la acción y ayudó mucho. Al segundo Ayudante de mi E.M. Martínez Coronado y los asistentes D. José Serrano y D. Manuel Álvarez, al Coronel Gilabert Gobernador del C.G , al Capitán Montenegro de Ingenieros y mis Ayudantes de campo el Capitán Rute y el Barón de Halberg que cumplieron sus funciones y llevaron mis órdenes con la mayor rapidez y precisión.

El espíritu y la corrección de los oficiales de mi División ha sido tan distinguidos, que en justicia debo llamar la atención de su Excelencia en la conducta de los Coroneles Casaus, Romero, Campbell, Cuestas y el Teniente Coronel Ochoa y todos los demás comandantes y oficiales.

En una palabra, tanto los funcionarios como los oficiales han cumplido sobradamente con su deber y son igualmente merecedores de la gratitud de su país, especialmente la memoria de los valientes hombres como los Tenientes Suárez de los Granaderos, Pizarro del Burgos y Del Puente del Mallorca que cayeron en la acción. El Mayor Bascón recibió una fuerte herida.

Los Tenientes Morales del Córdoba y Castañeda del Guadalajara así como el subteniente Serrano del Mallorca resultaron heridos con 66 hombres de la tropa y 163 heridos que con los 29 cazadores que el batallón perdió el pasado día 12 en el paso de Biar hacen un total de 258 hombres de tropa entre muertos y heridos ......"

Sobre la polémica orden recibida durante la batalla, escribió a Sir Henry Wellesley

".... Me dirigí a Castalla con todas las fuerzas bajo mi mando a excepción de dos batallones que permanecieron en Alcoy. A mi llegada a Castalla ocupé unas alturas a la izquierda del pueblo, los británicos a mi derecha. El Mariscal Souchet había avanzado desde Valencia con cerca de 12.000 hombres y había atacado algunos puestos del General Elío. Nuestra vanguardia al mando del General de Brigada Adam fue obligada a retroceder a través del puerto de Biar hacia Castalla, sin embargo su retirada fue ejemplar, alternándose los batallones, sus descargas eran admirables y el paso por sucesivos barrancos llevado con perfecto orden y estabilidad en las líneas. Desde las alturas ocupadas por mis tropas vimos uno de los más encantadores panoramas que jamás olvidaremos.

Sobre las diez de la mañana siguiente, recibí orden de Sir John Murray a través del Teniente Coronel Catanelli de su Estado Mayor de dirigir a mis hombres hacia la izquierda hasta llegar al barranco y a continuación llevarlos hacia adelante descendiendo al valle y formar perpendicularmente a la derecha de la línea francesa a la vez Sir Murray avanzaría con toda la fuerza situada en Castalla y atacaría de frente al enemigo. Ante mis dudas, Catanelli me dijo que obedeciera pero, afortunadamente, no creyendo en la exactitud de su comunicación

( Sir John Murray después le aseguró que nunca había dado dicha orden a Catanelli ) y previniendo que las alturas serían ocupadas tan pronto como mi movimiento a la izquierda fuera percibido, deje todos los puestos de avanzadas y su soporte artillero y pasando por su parte trasera el resto de tropa en columnas de compañías de izquierda al frente.

Apenas había comenzado a descender al valle en simple fila, cuando un informe me señaló que el francés avanzaba al ataque hacia las alturas de Castalla y los puestos de avanzadas ya estaban enganchados. Al instante, formo columnas dobles dejando rápidamente el desfiladero y me vuelvo a ocupar mi puesto justo a tiempo de repeler el ataque final de los franceses...Nuestras pérdidas no exceden de 300 hombres, el francés se vio seriamente afectado y no ha de tener menos de 3.000 hombres fuera de combate....

Nuestra ventaja no fue seguida ya que a Souchet le fue permitido retirarse sin molestias a través del paso de Biar por el cual había avanzado......"

Whittingham remitió un detallado parte a la Superioridad tanto británica como española.

Los altos mandos militares y políticos no fueron correctos en su proceder, pues no agradeció

la comunicación el Ministro de Guerra. Además no se publicó en la Gaceta el parte de Don Santiago cuando era costumbre hacerlo así. Se publicó un parte confuso de Sir John Murray en el que mezclaba la acción del día 13 con la retirada de la vanguardia en la tarde del día anterior.

Las recomendaciones hechas respecto a los que se habían distinguido en la acción tampoco fueron contestadas. En cambio fueron ascendidos en el Ejército Inglés los dos Jefes al mando del 27th British Regiment of foot, la única unidad del Ejército aliado que entró en acción directa aquel día cooperando con nuestras tropas.

Es posible que ello fuera debido, al parecer, a la existencia de alguna sombra en la victoria obtenida. Sin embargo, el General en Jefe Sir John Murray solicitó una divisa.











( Tiempo después Fernando VII dio una Real Orden, fechada en Madrid el 27 de junio de 1816 por la que se concedía una Cruz de distinción a la División Mallorquina mandada por Don Santiago Whittingham tanto por su valor y distinguidos servicios, como por la disciplina y constancia que brillaron en todas las operaciones. Esta gracia fue concedida por la gestión directa de Whittingham ante el Rey, pues éste conocía las ideas absolutistas del General o por lo menos su valiosa ayuda en la implantación del absolutismo y así agradeció su colaboración. )




Al siguiente día 14 se nombraron destacamentos de nuestra División así como de otros cuerpos que en unión de los paisanos de los pueblos inmediatos con azadas estuvieron todo el día enterando cadáveres en el campo de batalla.

La División recibió orden de regresar a sus anteriores posiciones de Alcoy y Concentaina, el resto de mayo se dedicaron las fuerzas a consolidar el triunfo obtenido y a efectuar los movimientos necesarios para tal cometido. Ocurrieron algunas escaramuzas poco importantes al tiempo que la división incrementaba sus fuerzas con la incorporación, al fin, del resto del Guadalajara que llegó procedente de Mallorca así como de la caballería que, reunida en Elche, vio completado de efectivos sus dos cuerpos por los Húsares de Aragón y los Cazadores de Cuenca y formado con los sobrantes un deposito de caballería a cargo del Teniente Coronel Salvador Moxó . Samford tuvo que solucionar con gran habilidad por su parte diferencias surgidas entre varios jefes acerca del mando de caballería. Así mismo las tropas protegieron la marcha del tercer ejército al mando del Duque del Parque que procedente de La Mancha tenía que unirse en Castalla al ejército aliado.

Desde Alcoy, escribió Whittingham el 20 de mayo

"... el estado de las fuerzas de Souchet se han visto reforzado, desde la acción de Castalla, por la unión de la División que había en Aragón de unos 5.000 hombres y por la llegada de unos 2.000 conscriptos. La nuestra en cambio se ha visto reducida de unos 3.000 hombres perdidos por el General Elio en Gerla y Biar así como por la falta de tres regimientos enviados a Sicilia.

Hemos recibido ayer la noticia de que el General Rowland Hill había entrado en Toledo y que el Duque del Parque esta en Almaraz. Los españoles no están en condiciones de actuar por si solos, incluso subordinados en parte y una de estas cosas de han de hacer en este frente : enviar el ejército de Sir John Murray a otra zona o dejar el ejército enteramente compuesto por tropas españolas y al mando del Duque del Parque en cuyo caso será totalmente destruido en la primera acción, en segundo lugar separar y traer al General Hill con su cuerpo y darle el mando supremo.

En cuanto a este infortunado país, lo veo de forma más lamentable cada día que pasa, nueve meses han pasado desde la batalla de Salamanca, dos terceras partes de España han sido liberadas durante este periodo y, sin embargo, el aumento sólo de nuestro ejército es de 12000 hombres aproximadamente bajo el mando del General O´Donell y las tropas no son ni mejor pagadas ni mejor alimentadas que cuando España se redujo a Cádiz..... Mi pequeña división ha obtenido cierta reputación en el país lo que es muy ventajoso para el espíritu del cuerpo. Como no tengo medios para cubrir mis pérdidas, unos pocos meses más de activa campaña nos llevará a una suave y natural muerte como unidad...vivo a la espera, sin embargo, de que como consecuencia de la victoria de Castalla recibiré algunos refuerzos....."


El asedio de Tarragona

El mando aliado decidió acudir en auxilio de la plaza de Tarragona ocupada por los franceses y para mayor seguridad y rapidez decidió hacerlo por vía marítima, se pusieron en marcha la División británica al mando del General Henry Clinton en dirección a Alicante y con el mismo objeto marchó la infantería de la División Mallorquina con su Estado Mayor el día 23 de mayo desde sus posiciones y el día 30 de madrugada llegaron a la playa de Alicante los Regimientos 5º de Granaderos, 1º de Córdoba, 1º de Guadalajara, 2º de Murcia, 2º de Burgos y los Cazadores de Mallorca y se embarcaron la noche del 30 en los buques ingleses.

Al día siguiente 31 de buena mañana se hizo el convoy a la vela pasando por la isla de Ibiza y fondeando el día 2 de junio a las cinco de la tarde en el Puerto de Salou cerca de Tarragona.











Las tropas aliadas desembarcaron al día siguiente dando comienzo el sitio a la ciudad a cargo fundamentalmente de la División Mallorquina y bajo la dirección del plan militar establecido por el General John Murray. El abandono de esta empresa debido a la antelación y ante la fuerza reunida por Suchet para la defensa de la ciudad junto a la pérdida cuantiosa de material bélico llevó ante un Tribunal Militar británico al Comandante en Jefe Sir John Murray.


Sobre esta acción, desde Villajoyosa, Don Santiago escribió a Sir Henry Wellesley :

"....En el sitio de Tarragona mi División ocupaba la izquierda del asedio. El Mariscal Souchet avanzaba hacia las alturas con 10.000 de infantería pero sin artillería. Durante los diez días que duró el asedio se procedió al bombardeo con cañón y mortero de la plaza y a pesar del fuego intensivo y los ataques no se logró su ocupación. Se tomó el fuerte del collado de Balaguer. Sometí a Sir. John Murray a la consideración que el General Copons y su cuerpo deberían situarse a la izquierda delante de Tarragona y deberían mover todas sus fuerzas hacia Souchet.

Mi opinión no fue aprobada y, pocos días después fue ordenado levantar el sitio y con tal precipitación que varios cañones fueron abandonados y nuestro honor comprometido innecesariamente. Al amanecer del día 12 recibí ordenes de Sir John Murray para dirigirme a la Marina, allí recibí nueva orden de ocupar la batería y parapetos, apenas llegamos otra orden para volver otra vez junto al mar a fin de comenzar el reembarco.( ver nota al pie )


Sobre su intervención en la mencionada retirada, escribió












"....El país que ocupamos esta surcado por muros de piedra que delimitan campos de tamaño moderado y cada camino forma un pequeño desfiladero. Entre el puesto de avanzada y el enemigo había un profundo pero accesible barranco a la cabeza del cual había un pueblo ocupado por mis tropas. En la parte posterior del pueblo había un gran llano y más allá a la derecha una larga pared de piedra de unos cuatro pies de alto, paralela al camino común que atraviesa por el centro el llano. Además de mi infantería tuve conmigo dos cañones de a 8 pulgadas de artillería a caballo y casi 2.000 de caballería.

Después de haber recabado información sobre el francés , envío a la artillería y caballería detrás del pueblo y mando 50 húsares y 2 compañías de Granaderos a ocupar el desfiladero antes de que lleguen los franceses. Entonces ordeno a Campbell alinear sus cazadores tras el muro de piedra y envío un oficial con todos los batallones de línea a formar a ambos lados del final del camino a distancias convenientes en el mejor orden para asegurar nuestra retirada.

Apenas había comenzado estos movimientos, cuando una gran fuerza de húsares franceses entraron a galope por el desfiladero y cargaron contra las tropas que iban hacia allí, llegando hasta el pueblo y atravesándolo. Ahora era mi turno, el batallón de cazadores que se había ocultado tras el muro, se alzó y comenzó un destructivo fuego que derribó gran cantidad de húsares, obligando al resto a girar grupa y huir tan rápidamente como lo pudieran llevar sus caballos. Un General de División siempre debe ser el primero en avanzar y el último en retirarse este es, invariablemente, su puesto de trabajo. Por consiguiente me posesioné con los tiradores ligeros y, poco a poco y sucesivamente, envío los diferentes batallones a nuestra retaguardia, proseguí la retirada hasta la noche cuando, cruzando un barranco y subiendo a las alturas del lado opuesto, ocupo la posición para pasar la noche.

En el pueblo encontramos 5.000 raciones de pan que se habían preparado para el francés, ordeno su distribución a mis hombres a pesar de las reclamaciones de las autoridades civiles. Después ordeno abrir pasos a través de los muros por la parte trasera del pueblo para el paso de la tropa a la mañana siguiente y destaco a un suboficial con 20 húsares para determinar la seguridad de ese flanco y me tiro sobre un montón de paja y en un momento me quedo profundamente dormido, porque no recuerdo en toda mi vida, haber estado tan cansado. Me despierta, a la una de la mañana, mi sirviente para avisarme que tenía preparada una perdiz estofada y me la comí con las manos como un cazador.

Esperé hasta cerca de la luz del día a que mi patrulla regresara. Pero quedé decepcionado porque resultó que el joven suboficial había desobedecido mis órdenes de no bajar al pueblo y menos de entrar en cualquier casa y en consecuencia ha sido sorprendido y hecho prisionero con la totalidad de su patrulla. Nuestra retirada hasta el Cuartel General se hizo sin más pérdidas. La distancia era de 10 millas y se realizó en dos horas y media....."


Durante el asedio a Tarragona, Whittingham se puso en contacto con confidentes catalanes cuyas informaciones comunicaba inmediatamente a Sir John Murray y a través de ellas decidió realizar una excursión exploratoria a Torradembarra enviando desde esa plaza un informe detallado en el que exponía sus ideas sobre la guerra en Cataluña.

Sus sugerencias no fueron atendidas, estas son de interés para entender porque fue levantado el sitio de Tarragona:

"....en obediencia a sus ordenes he estado esta mañana en Torredembarra y examinado cuidadosamente, las posibilidades de hacer cortaduras en el camino formando talas de árboles a fin de impedir la marcha del enemigo del país, ninguna defensa de esta clase puede ser de utilidad a no ser en un punto media legua de Tarragona cerca del mar en donde López empezara a hacer una cortadura profunda luego que nos devuelvan los zapadores.

En Torredembarra encontré al Coronel Manso, que tiene sobre 2000 de infantería en Vendrell, que venía de camino a comunicar a V. las noticias que haba adquirido y expone que la columna enemiga que marchó de más allá de Hostalrich hacia Barcelona llegara a esa plaza esta noche y que sabe que tendría entonces 12.000 de infantería disponible y 400 de caballería. El detalle de su artillería todavía no lo ha recibido .

Si fuese la intención de los franceses avanzar en fuerza, no estaría en mi poder impedir que introduzcan socorros a Tarragona, ni aun mantener el terreno que ocupo contra un ataque serio, a menos que fuere fuerte y rápidamente sostenido. Los franceses pueden avanzar en dos columnas, la una por el camino del mar, y la otra por los altos sobre mi izquierda. El batallón de Guadalajara a mi izquierda extrema esta separado del resto de m i fuerza por un barranco profundo, y será inevitablemente envuelto y no puedo menos de someter a su superior juicio que en caso de ataque, la masa total de fuerza enemiga caería sobre mi flanco izquierdo que forma el punto extremo de una línea larga dominada por altos superiores con desfiladeros estrechos y un pueblo fortificado a retaguardia.

Su Señoría perdonará mi prevención en ofrecer a su superior juicio y mayor experiencia mis opiniones sobre las posiciones que actualmente ocupan las fuerzas enemigas. Si con el total de la infantería inglesa, la División Mallorca y la caballería alemana e inglesa, nuestro ejército avanzara inmediatamente a Vilafranca y atacase al enemigo; una victoria que con números superiores y con tropas de tal calidad, no podía ser dudosa determinaría la contienda en Cataluña de un golpe y las tropas del General Copons serian seguramente suficientes para cubrir el sitio de Tarragona durante la ausencia. Si no obstante esta idea no mereciese su aprobación, no puedo menos que repetir otra vez, que si el enemigo ataca nuestra posición actual, a donde el total de sus fuerzas caerá sobre nuestro extremo izquierdo, las peores consecuencias deben temerse......"


Así pues el día 13 de junio la flota británica se hizo a la vela y pasó por el Collado de Balaguer donde fondeó , se procedió a efectuar algunos desembarcos sin un plan general claro en la zona del fuerte de San Felipe del collado de Balaguer. El 18 de madrugada llegó una pequeña flota trayendo a bordo al nuevo General en Jefe Sir Williams Bentinck quien decidió se embarcase de nuevo lo que se verificó durante el resto del día. Se hicieron minas en el castillo y se voló la fortificación.

El día 20 se hizo toda la flota a la vela con dirección a Los Alfaques salvo la fragata "Melanda" que, con el regimiento 2º de Burgos, marchó hacia Villanueva donde desembarcó para unirse al 1º Ejército español siguiendo ordenes del Mando Superior.

Durante la travesía se padeció un fuerte temporal y se sufrió mucho en la navegación de modo que hasta el día 24 no ancló parte de la flota en el puerto de Alicante con desperfectos casi todo los buques, habiendo quedado quince transportes varados que tras muchos esfuerzos y previo trasbordo de la tropa pudieron navegar.

El fracaso de esta expedición y la necesidad de liberar Tarragona decidieron a que el mando aliado se inclinara a verificar la operación por tierra.

Sobre dicha expedición Whittingham realizó un informe, donde concretaba en nueve puntos los resultados obtenidos que hubieran sido otros de haberse tenido en cuenta sus opiniones, dirigido al nuevo General en Jefe Sir William Bentinck:

1º....Mi opinión siempre ha sido que el General Murray debía marchar contra Decaen primero, que debía haber avanzado más allá de Villafranca, echándole de Molins de Rey y haber destruido el Puente de piedra que hay sobre el río Llobregat é inmediatamente haber marchado para encontrar al General Souchet.

2º....Mis ideas se fundaban sobre las bases siguientes y el resultado ha hecho ver que eran justas

3º....De Tarragona a Villafranca hay nueve horas y de Villafranca a Molins de Rey cinco, por consiguiente habríamos llegado a Molins de Rey la tarde del 12, y probablemente se hubiera empleado el 13 en destruir el Puente sin cuya ayuda el río Llobregat es impasable para la artillería.

4º....Desde Molins de Rey por Villafranca y Valls a Tarragona hay 17 horas y tres días de marcha, por consiguiente el Ejército hubiera llegado a Montblanch el 16.

5º....Los únicos caminos de artillería desde Tortosa a Tarragona son por el Coll de Balaguer que estaba en nuestro poder o pasando el Ebro por Moral para dirigirse a Lérida o su inmediación para ir a Montblanch.











6º....Desde Tortosa a Mora hay ocho horas, en Mora no hay Puente y por lo mismo era preciso pasar el ejército en la barca o barcas desde Mora a Montblanch hay diez y ocho horas y tres días de marcha.


7º.....Souchet no llegó a Tortosa hasta el 10 y el total de su fuerza nunca llegó a 9.000 hombres por consiguiente no podía haber llegado a Montblanch antes del 16, suponiendo que no hubiese perdido un momento, pero el 16 nosotros lo hubiéramos encontrado en ese punto con una fuerza muy superior, y seguramente le hubiéramos batido.


8º.....La triste experiencia nos ha hecho ver demasiado claro que nada podía estar más lejos del Mariscal que una empresa tan peligrosa como lo era en bajar con una fuerza inferior al llano de Tarragona, pues cuando nosotros llegamos al Coll de Balaguer el 15 después de levantar el sitio encontramos a Souchet en el Perelló y su vanguardia del Coll frente un camino totalmente impracticable para toda clase de carruaje.


9º....Estos argumentos perderían todo su merito si hubiesen sido producidos después de levantar el sitio de Tarragona, pero mi carta al General Murray en Tarragona escrita y enviada el día 9 manifiesta lo contrario. El hecho es que el General Murray en Tarragona tuvo una verdadera ocasión de imitar a Bonaparte delante de Mantua.


El día 26 de junio desembarcó gran parte de la División Mallorquina con Whittingham y su Estado Mayor y marchó a acantonarse a las plazas de Villajoyosa y Benidorm. El día 29 del mes llegaron los buques, que habían quedado varados, trayendo a bordo el resto de tropa que faltaba, la cual desembarcó y marchó inmediatamente a unirse a las demás. Las tropas hicieron algunos ejercicios en línea porque los cuerpos estaban algo olvidados, en razón a que por el mucho servicio que habían dado anteriormente, no se habían podido ejercitar. Estuvieron en estas plazas hasta los días 2 que marcharon los Regimientos de Almansa y Olivenza hacia Novelda y el día 3 que marchó la División de Infantería hacia Concentaina y Muro al mando del Coronel más antiguo D. Pablo Casaus y el Coronel Francisco López , Ayudante 1º del Estado Mayor.

Desde Torrente, el día 5 de julio escribía Samford a Sir Henry Wellesley

".....A petición de Lord William Bentinck, del Duque del Parque y del General Elio, he tomado el mando de la caballería del 2º y 3º ejércitos que se añaden a la de mi División, hacen un total de 2.500 caballos. He aceptado este mando, porque he recibido la orden de hacerlo, pero he aclarado a todos ellos que no puedo hacerme responsable de las consecuencias.

Si yo dispusiera de dos meses, podría formar buenos soldados. Pero en la actualidad no hay tiempo para la instrucción y en la condición actual de la caballería española, formar un regimiento en estado de luchar contra los franceses tiene las más distantes posibilidades de éxito....ningún hombre a examinado la revolución española con mayor imparcialidad que yo....Cuando se veía reducida a Cádiz y las Islas Baleares mi moral estaba alta, confiando en que un día llegaría la reacción ....Ese día llegó, Wellington con la memorable batalla de Salamanca, dio a los españoles la posesión de la mayor parte de su país y les dio medios para la formación de grandes y poderosos ejércitos. ¿ Han aprovechado estas ventajas ? Han hecho nada para su propia salvación ? Todo su tiempo lo han ocupado en la formación de su maldita constitución . No han, me repito una vez más, aumentado nuestro ejército en más de 20.000 hombres en el último año....Hace cerca de cuatro meses el General Freyre, con 3.500 de caballería, fue enviado a Sevilla, por orden de Lord Wellington, para vestir, armar, equipar y dar instrucción al cuerpo. Vi una carta de Freyre, apenas hace quince días, en la que afirmaba que no había recibido ninguna ayuda y que no puede ejercitar su caballería a falta de dinero para los herrajes de los caballos!....."

Sobre esta operación, desde Tarragona el día 28 de agosto, escribió Whittingham lo siguiente:

"...A las diez de la noche llegué a la orilla del Ebro y considero que el único medio de paso a de ser una balsa con capacidad para llevar más de cuatro carros y una pequeña embarcación. Tortosa esta distante de dos leguas y su guarnición es de unos 6.500 franceses y los refuerzos de Souchet no tardaran en llegar. La división de infantería del Duque del Parque que ya había atravesado el río asumió una posición a nuestra derecha . El equipaje del ejército comenzó a pasar y, gracias a los mayores esfuerzos, logré tener ocho pequeñas embarcaciones, cada barca llevaba dos hombres con sus monturas y sus caballos nadaban a ambos lados, sujetando cada hombre su caballo. Con estos miserables medios, me he pasado todo el día y la noche del 18. Han cruzado la totalidad de la caballería y artillería a excepción de seis cañones y dos escuadrones.

En la mañana del 19, el francés atacó con 6 cañones, 4.000 de infantería y 90 dragones al Brigadier Berenguer que mandaba la cobertura de mi División.

El asunto se presentaba muy feo, cuando el rápido avance de 3 de mis cañones a la derecha y los otros 3 a la izquierda, situados y con un buen fuego bien dirigido, desbarató el progreso del enemigo y le indujo a retirarse. Un batallón de granaderos enviado por el Duque del otro lado del río, hábilmente apoyado por mis cañones y la llegada del Jefe del E.M. del Duque subsanó los errores cometidos por el General Berenguer que me duele decirlo, iba borracho como una bestia. Mi artillería que nunca se había encontrado en batalla, hizo maravillas.

El General Robert, Ayudante de Campo del Mariscal Souchet, que cenó conmigo ayer, me informó de que pensaban que el conjunto de las tropas habían cruzado el río y que el General determinó la retirada tan pronto como se enteró del error.

Tuvimos otras 2 armas de fuego que no podía utilizar por falta de hombres y caballos que estaban en la otra orilla del río. Los llevé a todos a la llanura y formando en la derecha, los reuní en una inmensa escuadra de artillería con todos sus sirvientes montados e hicieron un gran espectáculo que, seguro, hizo pensar al enemigo.

Después de haber fracasado en su sorpresa, los franceses continuaron seguidos de cerca por nuestras tropas. Como viejos soldados de experiencia que son, aprovecharon todos los obstáculos para impedir nuestro avance y para cubrir su retirada.

En este asunto he perdido a mi estimado amigo el Coronel Santiago O´Reilly en el seguimiento del francés con demasiado entusiasmo, a la cabeza de un destacamento, su caballo fue abatido y el cayó a tierra. Su destacamento huyó y los soldados franceses que le habían disparado desde detrás de un muro, lo saltaron y acercándose lo asesinaron a sangre fría.

Yo estaba a unos doscientos metros del lugar donde cayó, pero en un momento, llegamos al lugar, fue despojado y la hemorragia en su cuerpo descubrió siete heridas de bayoneta, una de las cuales le atravesó la garganta. Sin embargo, el enemigo hubo de pagar gravemente este acto de barbarie. Varios cientos de franceses heridos permanecieron en el campo de batalla, todos los cuales cayeron en sacrificio a la memoria de O´Reilly. Nuestros enfurecidos soldados no dieron cuartel después de su muerte....Hemos perdido cerca de 400 hombres en muertos y heridos, el francés casi el doble en número. Souchet ordenó, antes de abandonarla, volar las defensas de Tarragona y nuestra División que se hallaba en Reus ha entrado en la ciudad..."

Con motivo de tener varios asuntos pendientes con la Superioridad y haber tratado con poca delicadeza los ministros al General Whittingham, este decidió enviar a su Jefe de Estado Mayor, D. Francisco Serrano al Cuartel General del Duque de Ciudad Rodrigo que se hallaba en Lesaka en Navarra, frontera con Francia, para representarle. El día 5 de octubre regresó de su viaje el Coronel Serrano, quedando satisfecho Whittingham tanto por el relato de este como por una carta muy honorífica que trajo del Duque por la cual se convenció de que la buena causa exigía continuase sus servicios, sacrificando a ella los disgustos que sin razón le habían dado.

A propuesta del Inspector General de Caballería fue ratificado por el Duque de Ciudad Rodrigo en el mando de la Caballería, aumentándola con algunos cuerpos mas de modo que tenía a sus ordenes los Regimientos de Caballería de línea Calatrava, el Príncipe, Santiago , los Dragones de la Reina, de Almansa, de Pavia y de Madrid, los Cazadores de Olivenza, de La Mancha y el Escuadrón de Ubrique, dándole comisión especial al General para que refundiese los cuerpos modernos en los antiguos, así mismo el Duque decidió organizar un Depósito General de Caballería en Zaragoza " en el que tendrían ingreso todos los oficiales de los cuerpos francos que se reformaban y los agregados y sobrantes de los regimientos antiguos así como la tropa sobrante de unos y otros"

La realización de este proyecto fue encargada a Whittigham de quien se solicitó además una plan razonado y un sistema de actuación para su puesta en marcha. No cabe duda que en esta prueba de confianza en su valer influyeron las sugerencias e ideas innovadoras respecto a la caballería que sus superiores ya conocían.

No obstante que se enviaron las ordenes inmediatamente desde el Cuartel General para que los cuadros de caballería de línea del Príncipe, Dragones de la Reina y de Pavia que se hallaban en Andalucía se pusieran en marcha para ser formados en Aragón, no se realizó por ser entorpecida su ejecución por parte de otras autoridades. El regimiento de Santiago y el escuadrón de Soria fueron destinados posteriormente a Cataluña y no se volvieron a reunir

El día 24 de octubre se realizó una gran parada y salvas para celebrar el cumpleaños de Fernando VII. Al día siguiente partía para Zaragoza el Coronel Francisco López 1º Ayudante de su Estado Mayor a preparar los cuarteles y arreglar con el Intendente del ramo el tema de las subsistencias.

El día 30 de octubre, Whittingham destaca una brigada de caballería al mando del Brigadier Manuel Sisternes a Zaragoza, donde llegaron el 2 de noviembre, con el objeto de contener los desordenes producidos en esa plaza por las fuerzas del General Francisco Javier Mina.

A fin de mes llegó a Zaragoza el Ayudante 2º del Estado Mayor José Serrano con los cuerpos de caballería que se encontraban en Cataluña. El 14 de Noviembre llegó a la plaza el Jefe del Estado Mayor Francisco Serrano con su brigada. A fines de Noviembre se incorporó Whittingham al mando del Depósito y a principios de diciembre se inicio la instrucción.

Desde Zaragoza, Whittingham escribió varias misivas a su gran amigo Sir Henry Wellesley,

de las cuales reflejamos tres por su interés:

"....durante mi estancia en Aragón, una de mis preocupaciones era el estado de los caballos y formar un depósito mayor de grano y los medios de transporte del mismo. No tenía otro medio de alimentación de las tropas sino que a través de las requisas.

El General Comisionado solo lo podía hacer con un permiso refrendado por mi. Pero las cantidades aportadas por cada plaza se hacía por el municipio principal del distrito, cuyos aportes y beneficios me eran proporcionados por el Comisario Jefe. Este controlaba todas las recepciones y los ingresos invariablemente se recibían de parte del Gobierno español en forma de impuestos y gravámenes de todo tipo.

He adoptado el mismo sistema en Aragón, pero el resultado no fue satisfactorio y los caballos mueren de hambre por la falta de alimentos y los hombres casi. Había sufrido esta abominación y de continuar una quincena más, mis 3000 caballos y quince piezas de artillería a caballo, el conjunto de mis fuerzas en Aragón, se hubieran transformados en totalmente ineficaces. Sancho ( Panza ) tiene un dicho para estos casos desesperados " a grandes males, grandes remedios ".

Así que ordene a mi Ayudante favorito el Capitán Rute de ir con 40 húsares a recoger y llevar a mi Cuartel General a todos los alcaldes que no obedezcan mis ordenes . Trajo consigo trece!!





Reunidos, les dije "Señores, me duele y me faltan palabras para exponer su falta de patriotismo, de recurrir a medidas de gravedad, a mis sentimientos repugnantes, pero de manera peculiar en que estamos en una guerra en defensa de su religión, su país y su rey!

Fríamente y deliberadamente parece que ayudan a los franceses, por todos los medios indirectos en su poder y como yo no puedo tolerar un sistema tan pernicioso...." " Rute", seguí, "escoltar a estos señores al Castillo, que cada uno se aloje en una celda aislada y que se les alimente, cada día, con una barra de pan y una jarra de agua. Se les proporcione también pluma, tinta y papel para su correspondencia, y hacerles saber que ningún cambio tendrá lugar en mi postura, hasta que todos los pedidos hayan sido atendidos"

En menos de una semana mis depósitos y despensas estaban llenos y nunca tuve ninguna otra causa de denuncia...."

Segunda carta sobre el adiestramiento y otros temas

"....tengo conmigo quince escuadrones. Nuestros ejercicios diarios ya le dan destreza y, creo que con un mes más, haré de ellos todo lo que deseo. Esta es la primera vez que me has oído hablar con entusiasmo de la caballería española. No puedo, sin embargo, dejar de tener un cierto grado de satisfacción por la idea de tener éxito en la regeneración de la caballería cuando todo el mundo a fracasado...Si ves al General Donkin en la ciudad, le pido que sea atento con él, es un verdadero amigo mío y un buen funcionario y hombre digno. En mi opinión ha sido injustamente tratado, junto con Sir John Murray, en el lamentable asunto de Tarragona......Me veo obligado a solicitarle me encargue en Whippy una silla de montar de húsar, como siempre me hacen para mí, y unas bridas de húsar, han de ser grandes y pesadas como las utilizadas por los soldados del 1º regimiento de Húsares alemanes....."

tercera carta sobre sus relaciones con el pueblo de Zaragoza

".....He sido elegido miembro de la Academia Real de las Artes y las Ciencias de San Luis, con domicilio en esta ciudad, y las distinciones y la adulación que he recibido están más allá de la descripción. Mis desfiles de los domingos se parecen más un triunfo romano que cualquier otra cosa, el conjunto de la población de Zaragoza parece que compite entre sí en hacerme el honor

Sin embargo, en medio de la brillantez del desfile y su distinción, mi corazón late por regresar a las escenas de afecto que me esperan en su amada sociedad y la felicidad que me espera en casa...." ( en esta carta le anuncia el nacimiento de su hijo menor sobreviviente )


A finales de diciembre, Whittingham tenía bajo su mando, en Zaragoza, nueve Regimientos de caballería y quince piezas de artillería a caballo. En Tarragona, la División Mallorquina que seguía bajo sus ordenes, continuaba con los trabajos de reconstrucción y guarnición, esta tuvo un encuentro con el enemigo ese mes, al salir unas tropas de la plaza fueron atacadas por los franceses en Esparraguera. El día 30 La Brigada de infantería del General Roche que estaba agregada a la División, embarcó con destino a Valencia.



1814 - Cataluña e intervenciones en acontecimientos políticos




La guerra había tomado un signo diferente hacía ya algún tiempo. Cada vez era más segura y decidida la actuación de las tropas aliadas y los franceses se retiraban en medio de pequeños, pero frecuentes descalabros. Las derrotas de las tropas francesas en la península, llevaron a la firma del Tratado de Valençay el 11 de diciembre de 1813 por el que la Corona española era restaurada en la persona de Fernando.


El día 6 de enero de 1814 se presentó en Tarragona, procedente de Cádiz, el segundo Comandante General de la División Mallorquina, el Brigadier Juan Miguel Sureda y Verí, Marqués de Vivot, e inmediatamente tomó el mando de la Infantería. Los días 16 y 17 los regimientos 5º de Granaderos y 1º de Córdoba al mando del Coronel Julián Romero que estaban en Esparraguera, en unión de la División del General Sarsfield y tropas del 1º Ejército español realizaron operaciones de avance hasta San Andrés de la Barca.


En Zaragoza, el 26 de enero de 1814 llegó el Teniente Coronel Salvador Moxó de los Cazadores de Olivenza con los desmontados y depósito de caballos a la venta del Alhama de Aragón, donde habían llegado diariamente oficiales y tropas sobrantes. Allí se dio forma a aquella masa dividiéndola en escuadrones, después de haberlos revistado Don Santiago se repartieron, para una mayor comodidad de alojamientos y suministros, en los pueblos cercanos y se pusieron en instrucción bajo el mando del Teniente Coronel Moxó.


La División de Infantería estuvo en continuo movimiento por las tierras catalanas. Siguiendo su marcha y en concurrencia con las tropas inglesas y del 1º Ejército el día 15 de febrero formaron el bloqueo de la plaza de Barcelona.


El día 4 de marzo, Whittingham marchó con su Estado Mayor de Alhama de Aragón hacía Zaragoza, donde se le unieron los regimientos de Almansa y Olivenza y el 5º Escuadrón de artillería a caballo procedentes de Calanda.


Los acontecimientos de orden político se activaron en España cuando el fin de la guerra se veía ya cercano. La pugna entre liberales y absolutistas para hacerse con el poder produjo una fuerte inquietud manifestada en todas las instituciones y a los distintos niveles y la incógnita de la actitud real que entre ambigüedades y dudas mantenía Fernando VII no tardaría en despejarse a favor del absolutismo real. La llegada de Fernando VII a España motiva que parte de la División Mallorquina se aleje del frente de batalla. El 30 de mayo la División de Infantería, al mando del Marqués de Vivot, formó la línea junto a las tropas del 1º Ejército para recibir a Fernando VII y al Infante D. Carlos que pasaron aquel día por el frente de Barcelona.


Whittingham que se hallaba en Zaragoza, envío un escuadrón de húsares a Amposta al mando del Teniente Coronel Pereira, al saber que el Rey pensaba cruzar el Ebro por esta ciudad.


El día 4 de abril recibe el anuncio oficial de que el Rey decide pasar por Zaragoza para dirigirse a Valencia, al día siguiente Whittingham sale con su Estado Mayor al frente de las compañías de caballería para esperar a Fernando VII a una legua de la venta de Fraga y a quince de Zaragoza.


Con su Estado Mayor custodia al Rey hasta Bujazaros donde recibe "miles de atenciones de S.M." comunicándole que se agregara a la custodia de la real persona. El día 6 desfiló la División de caballería ante el palacio que el Rey habitaba en Zaragoza, por expreso deseo de S.M. Permaneció Fernando VII hasta el día 11 en esta ciudad y durante dos días había maniobrado la División de caballería y el escuadrón de artillería ante su real persona en el Campo de San Gregorio. El Rey quedó tan complacido de la preparación de las tropas que después de felicitar a Don Santiago y a la oficialidad ordenó se dieran dos días de haber a la tropa de su propio peculio.


El día de la salida del Rey de la ciudad para la localidad de Daroca , a las cinco de la mañana, formó la caballería disparando la artillería las salvas de ordenanzas. Whittingham acompañaba al Rey en el coche o a caballo todo el viaje y a caballo le seguía Don Francisco Serrano hasta Daroca. La custodia del Rey corrió a cargo de distintos cuerpos de la División al mando de sus Jefes y oficiales. El 12 siguió a Villafranca y le acompañó a caballo el 2º Ayudante de E.M. Don Pedro Coronado. El 13 llegó a Teruel acompañado a caballo por el Capitán adicto al E.M. Don Manuel Álvarez. El 14 siguió a Sarrión y le acompañó a caballo el Ayudante 2º de E.M. Don José Serrano. El 15 llegó a Segorbe y hasta el pueblo de Barracas, que es la frontera de Valencia, le acompañó a caballo el Ayudante 2º de E.M. Don José Serrano. En Barracas se presentó el General en jefe del 2º Ejército Don Francisco Elío y se encargo de la custodia del Rey, al pretender Whittingham despedirse del Rey éste le obligó a quedarse y a que le acompañará a Valencia donde llegó el 16 permaneciendo en esa ciudad hasta el 18 por la tarde en que regresó a Zaragoza donde llegó el 22 de abril.


La relación mantenida entre Fernando VII y Whittingham fue, por lo tanto, intensa y ello obedecía a que el Rey procuró asegurarse la fidelidad del general y de su División para el golpe que preparaba aquellos días con el fin de restaurar el poder absoluto. Es bien razonable que en estos días se ganó el ánimo de Whittingham y éste regresó a Zaragoza conociendo el papel que iba a desempeñar en la intriga política que se preparaba.


¿ Hasta que punto Whittingham era un absolutista convencido o simplemente un militar fiel a su Rey que actuó por impulsos personales sin una clara filiación política ?


Lo realmente cierto es que el papel desempeñado por él en este juego contribuyó eficazmente a la restauración del absolutismo.


Examinemos el desarrollo de los acontecimientos. El día 29 de abril, una semana después del regreso de Whittingham a Zaragoza, recibe éste una orden del Rey , al parecer a través del General Elío, para que al frente de todas sus tropas disponibles se dirija a Guadalajara. Estas eran quince escuadrones de caballería y uno de artillería, el resto se les uniría en el camino.


Llegaron a esta ciudad el 1 de mayo. Para comprender la actitud y mentalidad de Samford, es conveniente conocer que el día anterior, 30 de abril, llegó un correo de Madrid con órdenes tajantes: Se le preguntaba por qué había entrado en la zona cercana de Madrid, con qué orden y se le conminaba a que se detuviera donde se encontrara al recibir el correo. Whittigham hizo caso omiso de estas instrucciones y continuó hasta Guadalajara. El día 4 el propio Ministro de la Guerra insistió en que cesaran los movimientos de sus fuerzas, hasta conocer la respuesta a la consulta que se había hecho al Rey en este sentido. Samford se mantuvo en los mismos términos de negativa. Por otra parte, diferían mucho los propósitos del Rey en relación con lo que pensaba el gobierno y así el día 10 de mayo ordena a Whittingham que salga para Alcalá, como en efecto hace para establecerse en Arganda y Morata, cada vez más cerca de Madrid.


Los acontecimientos se precipitan y el 11 llegó el Rey al Palacio de Aranjuez donde dio a conocer las últimas disposiciones para la División, que se desplazó a los pueblos de Vallecas y Vicálvaro.

La operación culminó el día 13 de mayo, cuando Fernando VII entró en Madrid acompañado, entre otras personalidades, por el Mariscal de Campo Don Santiago Whittingham.


En esta ciudad la División de caballería cubrió la línea desde la parte interior de la Puerta de Atocha, el Prado y la calle de Alcalá hasta la Puerta del Sol. A las fuerzas de artillería a caballo les correspondió estar junto a la Cibeles disparando las salvas de ordenanza. Por último desfiló la columna ante el Palacio Real y por la noche se retiró a sus cuarteles de Vicálvaro y Vallecas, quedando el Cuartel General establecido en Carabanchel. La caballería tuvo que dispersarse entre varias localidades debido a la necesidad de proveerse de forrajes.


Sobre estos acontecimientos, en mayo de 1814 desde Madrid, Whittingham escribió:


"......Me hice cargo de la persona del Rey, así como de su hermano Don Carlos y de su tío Don Antonio. El cambio de custodia fue hecho en la frontera de Aragón por el General Copons entonces Comandante en jefe de Cataluña. La acogida por parte de S.M. y la familia Real era infinitamente misericordiosa y de lo más halagador. Nuestras marchas era de veinte a treinta millas por día. El carruaje o más bien landau en la que S.M. viaja fue construido en Inglaterra.

Los caminos eran bastantes buenos y la familia Real sufrió poco o ninguna fatiga.

Yo cabalgaba siempre al lado del coche, y por lo general, llegamos a nuestro lugar de descanso entre las tres y las cuatro de la tarde, después seguíamos el camino alrededor de las nueve y media de la noche.

Yo siempre cenaba con el Rey en su carruaje durante la marcha, y toda la ruta fue una escena continua de triunfo. S.M., durante el viaje, estaba constantemente ocupado en el estudio de la Constitución, que estaba obligado a jurar. Como he cabalgado del lado de su coche, a menudo entró en conversación conmigo.

Un día me dijo: " Santiago, difícilmente te puedes imaginar que libro estoy leyendo. Se trata de la nueva Constitución española, formada y publicada por las Cortes durante mi ausencia. Me parece bien lo que hay de bueno en ella, pero también muchas cosas totalmente inadmisibles. No obstante, si la negativa de mi sanción es el costo de una gota de sangre española, yo la juro al día siguiente"......."


Otro escrito desde Madrid


" ..... El 12 de marzo (?) recibí aviso de que el Rey había determinado seguir su ruta y en lugar de ir directamente a Valencia que pasaría por Zaragoza. Inmediatamente envío trescientos dragones con órdenes de estacionarse en la ruta y avanzar en la medida que sea posible. Yo mismo me dirigí a su encuentro. Me reuní con el Rey en ...( en el escrito no recuerda el nombre del lugar que fue la venta de Fraga ) donde mi caballería relevó a la del 1º Ejército.

Tan pronto como me acerqué a la carroza real, su Majestad me dijo " Como va? tiempo ha que tenemos ganas de conocerte ". A partir de ese día recibí la atención más marcada de S.M. y la del Príncipe Don Carlos. La entrada del Rey a Zaragoza, y en definitiva, en todos los pueblos de Aragón, era un triunfo, ya que es imposible de expresar, y no es fácil concebir, salvo por aquellos que fueron testigos de las felices escenas.

Pero si las muestras de alegría y jubilo son firmes por el regreso del Rey, las expresiones de aversión y aborrecimiento de la Constitución no son menos generales y fuertes ante S.M., desde la venida a Aragón hasta la llegada a Madrid, nunca ha dejado de escucharlas, lo que podría inducirle, por un momento, a creer que la Constitución no había merecido la aprobación de sus súbditos. Esto no es de extrañar. La furia de su fervor republicano por parte de los gobernantes de las Cortes había atacado, de manera abierta y de la manera más violenta, la nobleza, el clero y el ejército y, por consiguiente, había hecho de estas clases respetables sus enemigos.

Tenían también, en la plenitud de su ignorancia financiera, la responsabilidad de haber acabado con todos los viejos deberes e ingresos de España y establecieron, en su lugar, lo que se llamaba " la contribución única directa" que es un impuesto exactamente similar a nuestro impuesto sobre la renta. Recordará V.E. con la reticencia que este impuesto fue admitido en Inglaterra, aunque era solo para satisfacer una pequeña parte de nuestros gastos y aunque Inglaterra de su comercio, interior e exterior, tiene grandes medios en circulación, que desembolso tiene que hacer ella, en comparación a esta pobre España. Es fácil, por lo tanto, concebir el efecto de dicho impuesto sobre el campesinado español y que es una medida excesiva para satisfacer la totalidad de los gastos de Gobierno. El espíritu de la nación española estaba en estado de fermentación y la presencia del Rey produjo su inmediata explosión.

Si el rey hubiera encontrado la nación en general unida a la nueva Constitución, sin duda la habría juramentado. Pero nunca fue abiertamente pronunciado, ninguna sombra de duda podría permanecer en la mente del Rey.

El Rey estuvo cuatro días en Zaragoza, examinó mi caballería y se complació en decirme lo bueno y halagador. Lo acompañé, con relevos de tropas, hasta la frontera de Aragón, donde conocí a mi Comandante en Jefe General Elío. Al acercarme al Rey para despedirme, me dijo:

" No te vayas, tengo mucho gusto en que me acompañes. ven conmigo a Valencia "

En Valencia, me quedé dos días y en consideración hacia mi persona, el Rey me hizo el regalo de una caja de tabaco con hermosos mosaicos y que me deseaba mantenerme en el recuerdo de él....Muchas de las destacadas personas que fueron arrestadas la noche antes de que el Rey llegara a Madrid, por el Capitán General Eguia , y sin ninguna sombra de dudas por sus papeles republicanos y su correspondencia secreta con Francia que se les ha capturado, iran a la horca en menos de seis meses......"


De esta carta, en gran parte alabanzas hacia el rey, Whittingham tuvo que arrepentirse.

En un periodo posterior, a regañadientes descubriría que el amable y plausible, pero voluble y débil de mente príncipe, era muy lejos de ser el soberano prometedor que le había confundido en la primera excitación del reinado de S.M., de la misma manera el amor y entusiasmo para con él de las masas se esfumó. No es de extrañar que durante un tiempo este inglés en su servicio debería haber sentido una parcialidad personal por el soberano, que por su parte desplegó una halagadora atención a su general extranjero.

Si Whittingham cometió un error en su dictamen del Rey, lo cometió en buena compañía.

En una carta fechada el 25 de mayo de 1814 desde Madrid, que el Duque de Wellington dirigió a Sir Charles Stuart, describió al Rey con los mismos términos.


En cuanto a las fuerzas de infantería de la División Mallorquina seguían en Cataluña ocupadas en el bloqueo de Barcelona, donde todavía desarrollaron importantes actividades militares.

La principal tuvo lugar el 16 de abril de 1814. Los franceses acometieron una salida de la plaza, en número de 5000 hombres apoyados por seis piezas de artillería, con el fin de ampliar su línea de combate, justo por la parte que cubría la División. El Marqués de Vivot solo contaba con unos 1700 hombres en formación a saber los de Córdoba, Guadalajara, Murcia y Cazadores de Mallorca, pues el 5º de Granaderos estaba agregado a la Brigada del Coronel Michelena y las cuatro compañías de Granada a la Brigada del Coronel Manso.

Conforme el plan preconcebido, Vivot inició una retirada estratégica para atraerse al enemigo y cuando éste se acercó lo suficiente, Vivot dispone un triple ataque a la vez de las fuerzas españolas: en el centro, derecha e izquierda. Se lucho con gran denuedo y se arrollo a los franceses entre los que produce un gran desorden, el Coronel Campbell al mando de la derecha con los Cazadores de Mallorca se distinguió mucho. Los franceses en completa dispersión fueron a apoyarse de sus reservas que estaban inmediatas a la plaza, a la vez les cayó sobre su flanco la fuerza de la izquierda la Brigada de Manso que les causo mucho daño. Los cuerpos de la División siguieron cargando al enemigo, matando y haciendo prisioneros tan obstinadamente que costo mucho trabajo el contenerlos para que no fuesen victimas de la artillería de la plaza. La pérdida del enemigo ascendió ese día a 400 hombres entre muertos y heridos, la de las españolas no llegó a 100 hombres, la División que sostuvo la mayor parte del ataque perdió solo dos oficiales y 40 hombres entre muertos y heridos.

El Marqués de Vivot hizo varias recomendaciones al Ministro: Coronel Francisco López, Jefe del Estado Mayor de la Infantería, Teniente Coronel Jaime Fábregues, Ayudante 2º del E.M. así como elogios de los Coroneles Campbell y Cavañas, Teniente Coronel Monet y Sargentos Mayores Bocalom, Bascón y Guerra y otros oficiales.

Continuó la División Mallorquina de infantería en el bloqueo de Barcelona hasta que esta ciudad fue evacuada por los franceses y entró de guarnición en ella el 30 de mayo de 1814.


En Madrid, el Rey continua distinguiendo a Don Santiago, pero nuestro Teniente Coronel Whittingham ( nuestro personaje se considera ya definitivamente encuadrado en el Ejercito Británico ) esta decidido a regresar a Inglaterra, pero antes de hacerlo desea obtener del Gran Duque de York una mayor prueba de su opinión en cuanto a sus servicios prestados en España, pruebas de confianza que hasta ahora se le habían concedido. Para ello se puso en contacto con todos sus conocidos de alto rango.


El 4 de junio desde Madrid, el Duque de Wellington escribía a su H. M. S. el Duque de York:


"....El Coronel Whittingam ( ver nota al final carta ) me ha informado que desearía volver a Inglaterra en un corto tiempo lo antes posible y me ha expresado el deseo de que yo transmita a su H.M.S. mi opinión sobre sus meritos y servicios.

Me permito informar a su H.M.S. que ha servido con celo y gallardía desde la apertura de la guerra en la península, y que he tenido en cada caso razón de estar satisfecho con su conducta en cada situación en que se ha encontrado......."

( Los altos mandos ingleses en España, por cortesía, siempre distinguieron a Whittingham en sus comunicados con el rango de Coronel, cuando realmente solo era Teniente Coronel de Infantería en el escalafón del Ejército Británico )


Cartas de recomendación fueron enviadas por S.M. Fernando VII al Príncipe de Gales, de Sir Henry Wellesley al Vizconde de Castlereagh y de Francisco Javier Castaños al General Gordon.


En esas fechas la caballería continuaba en precarias condiciones provocada por la escasez de forraje y por hallarse éste en malas condiciones. El día 9 de Junio Whittingham marchó hacía Alcalá de Henares , donde anticipadamente habían marchado los oficiales de Estado Mayor a

preparar los Cuarteles y reconocer el campo de ejercicio. Allí se concentró los 16 escuadrones de caballería y el de artillería a caballo para realizar maniobras finales bajo su mando.

El día 11 de junio maniobró la División de caballería en el Campo de Albornoz separada de la artillería por hallarse acuartelada a más distancia. El 14 recibió orden del Rey para que estuviera con la División en el Campo de los Carabancheles para maniobrar en su presencia. En efecto ese día, a las cinco de la tarde, llegó el Rey con los Infantes y a caballo pasó por entre las filas revistando la línea. Después las tropas maniobraron en dos brigadas, la primera al mando del Brigadier Don Manuel Sisternes compuesta de tres escuadrones de Calatrava, dos de Dragones de Madrid y tres de Húsares de Fernando 7º y la segunda Brigada mandada por el Jefe de E.M. Mayor Don Francisco Serrano, que había ascendido a Brigadier, compuesta de tres escuadrones de Almansa, tres de Olivenza y dos de Flanqueadores así como la artillería a caballo repartida por mitad sobre los flancos. Se maniobro en una y dos líneas todo a la voz del Mariscal de Campo Don Santiago Whittingham. El Rey e Infantes manifestaron su complacencia y mandando S.M. dar a la tropa un día de haber de su bolsillo.

Al día siguiente marchó la División a Vallecas y Vicalvaro y seguidamente se repartieron los cuerpos entre Alcalá de Henares y Guadalajara para poder subsistir hasta que determinase su Majestad la marcha definitiva a Aragón que fue el destino que por entonces se les dio.

En fecha 1 de julio, desde Madrid, Whittingham escribió:

".....He visto en la Gazeta de fecha 4 de junio que he sido distinguido con el alto honor de ser nombrado Ayudante de Campo de S.M. el Príncipe de Gales, no encuentro palabras para describir mi alegría.....El Rey de España me ha promovido al rango de Teniente General y me ha asegurado el otro día, de una manera realmente afectuosa, que nada le pondría más triste que perderme a su servicio, cuenta que espera y confía en que nunca se llevara a cabo....."

El 14 de Julio, por la noche, Whittingham partió con su familia, su secretario y tres sirvientes en dos carruajes y sus propios caballos hacia Zaragoza, primera etapa de su viaje a Burdeos para allí embarcar hacia Inglaterra.

El 12 de agosto escribió desde Zaragoza:

"......Previo a la vuelta de mi división a Aragón, tuvimos una parada ante el Rey que se complació en expresarme su satisfacción. Después de la revista S.M. me dijo: " Santiago, en prueba de cuanta estima le tengo y de lo mucho que estoy compenetrado con sus méritos, recibirá mañana la comisión de Teniente General".....Cuando visité a S.M. para informarle del honor que me había otorgado S.M. el Príncipe Regente y para pedirle permiso para regresar a Inglaterra durante ocho o doces meses. S.M. expresó su satisfacción de mi nombramiento y me dijo:

"Santiago, dime lo que deseas, y con tal de que no te vayas y te quedes en mi servicio, no haya en mi poder que no hare por complacerte"

Muchas cosas han ocurrido desde la llegada de S.M. a Madrid, que me temo, produzcan el descontento y más particularmente el restablecimiento de la Inquisición !!

El ejército, al menos, ha recibido esta medida con una decidida desaprobación.

La cuestión de la Inquisición fue larga y calurosamente disputada.

El Duque de San Carlos, Macanar, Ministro de Gracia y Justicia, Lardizaval, Ministro de las Indias, Escoiquez, el sacerdote que acompañó al Rey a Francia, estaban decididamente en contra y S.M. había dicho de no tomar ninguna determinación hasta la reunión de las Cortes, donde iba a presentar la cuestión. Pero el peso de la influencia del Infante Don Antonio, de Ontolara, confesor del Infante Don Carlos, Eguía, Ministro de la Guerra , del Marqués de Palacio y las representaciones de muchas ciudades en favor de su restablecimiento, prevaleció al fin, y el Rey fue inducido a volver a autorizar un Tribunal secreto del despotismo y legalizar la tiranía de la peor clase.

El problema más grande o por lo menos el más apremiante que afecta a este país es el estado loco de las finanzas. Bajos estas circunstancias, S.M. subió al Trono y aunque se dieron las órdenes para eliminar el impuesto sobre la renta y para restablecer las viejas obligaciones, sin embargo, debe trascurrir un tiempo considerable antes de que las consecuencias benéficas se puedan ver....."

Mientras tanto, la conducta del Rey de España le había hecho impopular en Inglaterra y esta opinión estaba destinada a extenderse más tarde a Whittingham, como si el hubiera podido interferir en la política del gobierno de España.

El 20 de septiembre, desde Zaragoza, escribió:

".....acabo de recibir carta, desde Barcelona, de Sir John Murray comunicándome el cambio de lugar para su juicio, tenía que efectuarse en Tarragona, se realizara en Londres y que, por tanto, regresa por tierra hacia Inglaterra. Como Sir John viaja a través de Francia con sus propios caballos y carruaje, igual que yo, espero estar en Inglaterra tan pronto como sea posible, en todo caso, la diferencia de días no será grande.

Tengo entendido que se tenía intención de promoverlo a Inspector General de Caballería pero al abandonar este país ha perdido la oportunidad.....El General Mina, al recibir la orden del Gobierno de entregar el mando de sus tropas al nuevo Capitán General de Aragón, Palafox, se ha negado a obedecer y esta en la actualidad en abierta rebelión.

Tiene, sin embargo, pocos seguidores. La mayoría de sus batallones han pasado al Capitán General. Todavía, sin embargo, mantiene el territorio entre la ciudad y Pamplona. En estos momentos, me es imposible seguir la ruta hacia Inglaterra. Confío, sin embargo, que en unos días se ponga fin a esta salvaje empresa......"

A principios de octubre reanudó su viaje por tierra pasando por Pamplona, San Sebastian y Bayona hasta el puerto de Burdeos, donde embarcó con su familia y secretario hacía Inglaterra.

A finales de noviembre de 1814 desembarcó en el puerto de Portsmouth, dirigiéndose a Londres en coches de postas.

1815 Estancia en Inglaterra, regreso a Madrid

Al comienzo de 1815 residiendo en Londres el Coronel Whittingham, por segunda vez en su vida, tuvo la desagradable experiencia de dar testimonio en una Corte Marcial hacia un mando superior bajo el cual sirvió.

Pero el caso de Sir John Murray fue más perjudicial para él comparado al que presenció con el General Whitelocke en 1808.

El Teniente General John Murray fue juzgado por la Corte Marcial establecida en Londres desde el 16 de enero hasta el 7 de febrero. Fue acusado con tres cargos por su conducta en junio de 1813 en el asedio de Tarragona . Fue encontrado culpable de "un error de evaluación" con respecto a las pérdidas y fue condenado a ser amonestado. El Príncipe Regente pensó que no era necesario y el resultado final fue una virtual absolución.

Poco después de este juicio nuestro Samford se convirtió en objeto de una calumnia en el Parlamento, con atroces denuncias si no hubieran sido ridículas por su falta de fundamentos.

El parlamentario Sir Whitebread en la Cámara de los Comunes fue quien más ahondó en la calumnia y Sir Hart Davis, miembro por Bristol, fue quien mantuvo su defensa. El Coronel estuvo ese tiempo hospedado con su familia en la casa de Sir Davis en Chifton, una de sus breves y raras estancias que realizó en su tierra natal.

En ese tiempo recibió de su amigo Lord Fife carta desde Paris de fecha 20 diciembre 1814

".....tuve mucho placer en escuchar sus elogios de la máxima autoridad en relación a su conducta en las dos últimas campañas. Yo estaba particularmente interesado en saber de los oficiales franceses que habían estado en esa parte de España en el que últimamente se empleó. Sus opiniones sobre sus méritos y esfuerzos, y créame, no podía haber deseado más favorable respuesta. El Duque de Albufera, el Mariscal Suchet me habló hace poco tiempo acerca de Vd. y me dijo que estaba sorprendido de la perfección que había implantado en su División y que estaban en el más alto estado militar como cualquiera de sus propias tropas y, en su opinión, como cualquier otro soldado de Europa. Que había tenido muchas ocasiones de admirar su conducta en el campo de batalla y, en su opinión, Vd. era un oficial de lo más meritorio.

Haber perseverado de manera constante ha hecho que ganara una reputación, incluso entre sus ex enemigos, de excelente oficial. Nada puede ser más satisfactorio que el resultado, y le felicito de todo corazón....."

En abril recibió correo de su buen amigo Patrick Campbell ( Madrid , 2 de marzo 1815 )

".....mi gratitud a quien le debo muchísimo y que me ha mostrado tantos actos de amistad. De todo corazón me alegro de la distinción que ha recibido de H.R.H. ( His Royal Highness´s) .

A.F. en la actualidad es el único compatriota nuestro en la Península que tiene reputación. B. y sólo se habla de ellos con escarnio. D. nunca se menciona en absoluto. En cuanto a Vd. siempre se le menciona con respecto de sus talentos, la instrucción y su entusiasmo así como gallardía. Se ha ordenado formar un ejército de 8.000 hombres en la frontera con Francia, como consecuencia de la fuga de Buonaparte. Quien será su Comandante es un secreto. Castaños ha ofrecido sus servicios, y algunos dicen que esta al mando, otros dicen que el Infante Don Carlos estará al mando. Pero la actual situación de las finanzas no podrá hacerse cargo de los gastos adicionales que supone. Mi ascenso a Brigadier aún no esta decidido. Sir Henry (Wellesley) ha hecho todo lo que podía y, en consecuencia, Ceballos escribió sobre este asunto a Eguía, pero él, como ya sabe, es un enemigo de todo lo inglés. Tengo la Cruz de Supernumerario de Carlos III.

No creo que Herasti por su edad vaya a Barcelona. Me gustaría que estuviera Vd. aquí, el momento es propicio para las promociones y, como Vd. sabe, si uno no esta en el terreno no se obtienen. ¿ Como está la Sra. Whittingham en Inglaterra ? Que infame, vergonzoso y mentiroso ataque por parte de Sir Whitebread hacia Vd. Leí en los periódicos ingleses que él le acusa de haberse apropiado de 52.000 guineas, sabiendo que ningún mando ve el dinero público y mucho menos manejarlo. Me gustaría me dijera como me consideran en nuestra tierra. Castaños y Zayas están bien, Girón está en Sevilla y Serrano está en Badajoz......."

A finales de abril recibió un correo del Conde de Montenegro, escrita por orden del Rey de España, comunicándole su nombramiento como Teniente General con empleo en el Ejército de Cataluña y mando de la Caballería de dicho ejército bajo las ordenes del Duque de Bailén, nombramiento recientemente concedido al General Castaños en honor a la 1ª victoria en la guerra contra los franceses.

El 2 de mayo Samford dirige suplicatorio al General Sir Henry Torrens:

"....Ruego presente este nombramiento a la consideración de su H.R.H. y me permita proceder a España de inmediato.....Después de haber fracasado en mi solicitud de empleo en el Estado Mayor del Duque de Wellington en Flandes....Estoy ansioso por unirme al Ejército de Cataluña con la menor demora posible por el exceso de tiempo de la expedición en llegar a mi puesto...."


El 2 de junio de 1815 con carta de la "Horse Guard "recibió la conformidad de su H.R.H. para servir a la Corona española y trasladarse a ese país.

Mientras preparaba el viaje, recibió un correo por parte de Lord Castlereagh proponiéndole un puesto como Comisario Inglés durante un año, con rango y paga de Brigadier General, al Cuartel General del Ejército Austriaco antes de avanzar este ultimo hacia Lyon para instalarse.

El 18 de junio de 1815, en las cercanías del pueblo belga de Waterloo, al sur de Bruselas, se combatió la última y más dramática batalla de la era napoleónica. Wellington que había elegido el terreno sobre el que quiere llevar a los franceses a luchar. Napoleón, que no ha tenido aún la ocasión de medirse a él, no conoce su táctica puesta en práctica en España.

Cuando cayó el atardecer, Wellington y Blücher se encontraron y este último se ofreció para encargarse de la persecución. De hecho, según las propias palabras de Wellington fue " una acción ganada por los pelos "

Whittingham decide volver a España, embarcó en el puerto de Falmouth con parte de su familia el 30 de junio. Desembarcó en La Coruña, dirigiéndose a Madrid.

Sobre este viaje a Madrid escribió a su hermano:

"...Galicia, naturalmente pobre y miserable y ahora desolada por la guerra, es miserable más allá de la expresión. No puede hacerse una idea de la miseria y dolor que se reúnen, también en Madrid. Para que se haga una idea de ello, decirle que muchísimos de los funcionarios meritorios hubieran perecidos si no hubieran recibido su ración diaria de alimentos e incluso una habitación para dormir de la caridad de los conventos!! Cuanto tiempo puede durar esto, solo Dios lo sabe. En cualquier otro país de Europa no se hubiera podido subsistir tanto tiempo, aquí el descontento, particularmente del ejército, es grande y tarde o temprano la revuelta surgirá....."

Ya en Madrid, el Rey no podía perdonar la evidente simpatía de Inglaterra con respecto a las colonias rebeldes y se alineó con los intereses de Rusia. No obstante, por el aprecio que tenía con Don Santiago le concedió el 8 de agosto de 1815 la Gran Cruz de San Hermenegildo.

Por deseos del Rey, Whittingham escribió un largo periódico en especial sobre las razones que deberían inducir a S.M. a abolir la trata de esclavos.

Debido al estado de las finanzas, Whittingham nunca cobró ninguna paga ni de Coronel, Brigada o Mayor General en estos años de servicio al gobierno de España. Manteniéndose de la media paga de Teniente Coronel del ejército británico así como de su fortuna privada que iba en disminución.


El 15 septiembre escribió a Sir Henry Wellesley

".....la disminución de mi fortuna privada debido a los gastos de representación y honorabilidad que conllevan de mi cargo así como el aumento de mi familia, me han colocado en una situación precaria, muy diferente de la que he disfrutado hasta ahora...."

Durante el tiempo que Whittingham residió en Madrid, casi cuatro años, sus actividades fueron un poco de tipo diplomáticas y un más de comercial, más que de naturaleza militar.

1816 - 1817 - 1818 estancia en Madrid

El año 1816 fue muy sombrío en Madrid, el Rey con sus tendencias despóticas y su apoyo a Rusia, se convirtió en odioso para todos los hombres de opinión liberal y la recuperación de las colonias españolas de America son ya casi irremediables. Samford esta ahora satisfecho de no ocupar ningún cargo de responsabilidad en España y desea, cada vez más, un empleo en el Gobierno Inglés. Piensa, mientras tanto, ir a residir en el sur de Francia y que, debido a sus finanzas, ya que le es imposible poder residir en Inglaterra.


El 6 de marzo de 1816 es nombrado para formar parte del capitulo de la Orden Militar de San Fernando con el Duque del Parque, Palafox, Sayas, Blake, Girón, O´donell, Venegas y La Peña.


Su esposa Doña Magdalena ha tenido la oferta de su nombramiento como una de las damas de honor de la Reina. Pero se han negado a tal honor a causa de los gastos en diamantes que es necesario para dicho cargo.


En noviembre, un anuncio de la retirada del Gobernador de Trinidad, induce a Whittingham a solicitar dicha plaza a través del Ministro Sir Vaughan. Se le niega aduciendo lo necesario de sus servicios en España, al ser conocedor de su lengua y costumbres y, sobretodo, la confianza que ha obtenido de su Católica Majestad y el respeto y estima de los españoles.


El 3 de febrero de 1817 nació su tercer hijo sobreviviente de quien fue padrino Don Antonio, tío del Rey. La influencia de Don Santiago no solo fue grande con el Rey y la Familia Real, sino que se extendió a muchos personajes de la nobleza española, como los Duques de Frías, del Infantado y de Osuna. Con algunos de estos nobles mantuvo negocios de importación de lanas para la casa mercantil de su hermano en Bristol.

Sobre el particular, el 27 de febrero escribía a su hermano:

"....también estoy tratando de convencer al Duque del Infantado para enviarte pilas de lana suyas en el futuro. El no parece muy satisfecho con su corresponsal en Bristol, pero se le ha metido en la cabeza que mediante el envío de su lana, durante algún tiempo, a Londres deberá obtener mejores precios. No esta en desacuerdo con mi introducción en la mejor sociedad de esta ciudad, en la medida que no voy en contra de sus empresas. Por lo tanto, he llevado al Ministro de Rusia, a la Duquesa de Osuna, a la de Frías a mis reuniones. El próximo domingo me llevaré a Pizarro, Ministro de Asuntos Exteriores. Para las veladas del sábado noche de Sir Henry Wellesley en la Embajada, solo van conmigo....."


En abril solicitó plaza en las Colonias, a través de Sir Henry Wellesley, tanto al Duque de York como a Lord Castlereagh.Los problemas empezaron a surgir ahora en España. El Rey ofreció a Don Santiago de ir a Cuba para integrase con mando el ejército, en preparación, previsto para la reconquista de las colonias rebeldes. Samford declinó el ofrecimiento por ser incompatible con la política inglesa. Por lo tanto se preparó para salir del país ante los signos de una guerra civil.


El 24 de mayo, mientras estaba con su familia en Aranjuez, en una visita a los Duques de Frías, le pidieron si pensaba quedarse o marcharse de Madrid. En una de sus frases de carácter caballeresco contestó : "Personalmente no me preocupa el peligro que supone tomar un alto mando en la guerra civil, solo quiero que se entienda, que no puedo usar el uniforme a favor del Rey e ir en contra de otros españoles; soy un servidor del ejército británico"


Whittingham y su familia salieron de Madrid en agosto de 1817. Se dirigieron a Toulouse donde estuvieron hasta marzo del año siguiente.

El 17 de febrero de 1818 recibió correo del Conde de Montenegro ".....Dirijo a VE copia del Real Decreto aboliendo el comercio de negros, creyendo darle con esto satisfacción por lo mucho que ha contribuido al logro del mismo...."


En el verano de 1818, para evitar el gran calor, residió la familia en Bagneres de Bigorre en el Pirineos francés. Ese año lo pasó entre Toulouse, los Pirineos y Burdeos en una inactividad forzada. A principios de 1819 la ley, repentina y inesperada, de la ejecución de los pagos en efectivo causó la quiebra de muchas casas comerciales. Sir Samford, al parecer, perdió gran parte de su capital.


Con una gran familia se le hizo imperativo obtener empleo de cualquier tipo. Pero parte de ese año paso sin novedades. A finales de julio recibió oferta del cargo de Teniente Gobernador de la isla de la Dominica, un puesto de importancia no muy rentable y subordinado al Gobernador en Jefe de las Islas Barbados. Era, en el periodo actual, lo más interesante, y lo aceptó con la esperanza de encontrar un empleo más rentable en la Indias Orientales. Tenía seis meses para presentarse, tiempo hasta que expirase el mandato del actual gobernador. Mientras pensó en antes de embarcarse despedirse del Rey de España.

Sobre este encuentro, escribió desde Madrid con fecha 18 julio de 1819

"....Acabó de regresar de los baños de Sacedón donde estuve obligado a seguir al Rey. Me recibió con el mayor cariño, aprobando la aceptación del gobierno de Dominica y me aseguró que preservaría mi nombre en la lista de generales de su ejército.

El orden del día fue el siguiente: al amanecer Su Majestad se dirigía a los baños, a las once se celebraba una pequeña corte de las personas presentes en Sacedón. A la una, todos los oficiales de alto rango comían con S.M. en una mesa redonda calculada para 16 personas, S.M. hacía los honores como anfitrión y prestaba las máximas atenciones a todos los huéspedes. Poco después de la comida, una bandeja con los más finos habanos se presentaba al Rey que seleccionaba uno y lo envía a alguno de sus comensales, seguidamente S.M. elegía el suyo, encendía su cigarro puro y poco después se retiraba a su apartamento. El Duque de Alagón, capitán de su Guardia de Corps, tomaba luego el asiento del Rey y todo el mundo comenzó a servirse y encender sus cigarros. Un excelente café fue servido y nos quedamos fumando y hablando hasta las cinco de la tarde, cuando S.M. inicia su paseo vespertino, acompañado por toda su pequeña corte.

El primer día de mi llegada, tan pronto como los extranjeros fueron despedidos, dijo el Rey al Duque de Alagón : " Déjanos solos, deseo hablar en privado con Santiago". En la etiqueta de la Corte española, el capitán de su Cuerpo de Guardia nunca debe dejar solo al Rey y grande fue la sorpresa del Duque al recibir dicha orden. Tan pronto como nos quedamos solos S.M. abrió la conversación, en el tono más halagador y confidencial, pidiéndome mi opinión, franca y abierta, sobre la situación en Europa en general y sobre los movimientos revolucionarios que ponían en peligro todos los gobiernos, a lo que le contesté " Sire, sabe muy bien mi cariño hacia su persona y como sinceramente deseo la prosperidad y felicidad de S.M. y de España.....las mentes de los súbditos son en general inestables, la novedad y el cambio están en el orden del día: si S.M. toma la iniciativa, y hace algunas concesiones en armonía con los tiempos, pienso que será recibido con gratitud y producirá los mejores efectos. Si, por lo contrario, la gente debe tomar la iniciativa, nada menos que la anarquía y la destrucción se darán y las peores consecuencias pueden temerse..." El Rey aplaudió mi opinión y al parecer coincidía con ella, pero el no tenía fuerza de voluntad para actuar en consecuencia. Cené con el Rey durante los dos días de mi estancia, al tocar a su fin al despedirme fue de lo más cariñoso. Marché hacia Madrid y nunca más lo ví...."


Su carrera militar en la Indias Occidentales y Orientales Británicas

En Madrid, Samford se despidió de sus amistades , entre ellas la su buen amigo y protector Sir Henry Wellesley, Ministro de Inglaterra en España, quien el 1 de agosto de 1819 envió la última carta de recomendación de Whittingam, dirigida al Vizconde de Castlereagh:


"....Sir Samford Whittingham se ha retirado del servicio de Su Católica Majestad, no puedo pasar esta ocasión por encima, sin destacar su sentido del deber, sus servicios distinguidos durante la guerra de la península así como el de promover, por todos los medios a su alcance, las opiniones del Gobierno Británico en este país, que han sido en muchas ocasiones importantes desde la restauración de la paz. Espero, por tanto, que Su Señoría me permita recomendarle a la protección del Gobierno del Príncipe Regente...."


Samford regresó a mediados de agosto a Bagneres de Bigorre donde se encontraba su familia y se traslado a Burdeos en octubre. En noviembre marchó, con sus dos hijos mayores, pasando por París a Londres, donde dejo internos a sus hijos en el Colegio de Hammersmith donde se encontraban también los dos hijos de su amigo el general Henry Torrens. En esta ocasión, pasó menos de dos meses en Inglaterra.

Whittigham se lamentaba de ver que los gastos de su comisión como Gobernador ascendían a cerca de seiscientas guineas.





El 1 de enero de 182o llegó al puerto de Dover, cruzó el estrecho y regresó a Burdeos a reunirse con el resto de la familia. Embarcó a finales de febrero , el viaje fue largo y tedioso pero feliz y tranquilo, se alcanzó la isla de la Dominica el 28 de marzo. En mayo se vio obligado a mandar a su otro hijo por enfermedad al continente y el resto estuvieron en cama con fiebres.


Recuperado y al mando de su pequeña guarnición, tuvo la satisfacción de ver restablecido el orden y la concordia en la Dominica que había estado en continua rebelión antes de su llegada. El 5 de octubre de 1821 fue asignado al Cuartel General del Ejército Real en la India en Calcuta,primero desembarcó en Madrás donde sirvió un tiempo bajo el mando del general Alexander Campbell, Comandante en Jefe del Ejército Real de Madrás.

En mayo de 1822, embarcó de nuevo y se dirigió a Calcuta, donde se presentó a su superior el Marqués de Hasting, Gobernador General de Bengala y Comandante en Jefe del Ejército Real en la India. Whittingham ejerció el cargo de Ayudante del Estado Mayor y fijó su residencia con su familia en esta ciudad.


En invierno de 1824 estuvo presente en el motín del "47th Native Infantry " que tuvo lugar en Barrackporre. Intervino en la campaña de Birmania en la que, entre otras acciones, estuvo en el asedio y asalto de la plaza rebelde de Bhurtpore a principios de 1826. Por esta acción fue nombrado Mayor General y fue admitido y premiado con la honorable distinción de " Caballero Comendador de la Orden del Baño", recomendado por el Vizconde Sir Combernere, Gobernador General en esa época.

Durante los próximos años participó en distintas misiones en diferentes lugares de los regiones de Bengala, Assam, Burma, Bihar y Orissa así como Nepal.


En 1833 Samford asumió el mando de la guarnición de Meerut, formada por diez escuadrones de caballería. En estos años escribió sus primeras memorias que trataban de sus vivencias en España durante su guerra de independencia y el reinado de Fernando VII.





En 1835 regresó a Inglaterra, en compañía de su esposa y de Lord Williams Bentinck en el navío "Curaqoa". Zarpó a principios de marzo, solo se detuvieron en El Cabo para repostar, y a finales de julio llegaron a Portsmouth, el viaje duró menos de cinco meses, cosa rara en esos tiempos.


En Londres acudió a varias convocatorias y recepciones dadas por su H.M.S. Príncipe Regente, el Duque de Wellington, entonces Primer Ministro, y otras altas personalidades.

Se le ofreció un nuevo cargo en las Colonias , en este caso como Comandante de las fuerzas militares de las Islas Barbados, Samford lo aceptó. En noviembre de 1837 embarcó de nuevo en Portsmouth en el navío "Tulloch Castle".


Fue un caso excepcional que Sir Samford Whittingham sirviera por segunda vez en las Indias Occidentales y aunque en esta ocasión su puesto, aunque nominalmente era solo militar, fue empleado por el Gobernador en los asuntos de naturaleza civiles.

El 30 de mayo de 1838 fue nombrado Coronel del " 71st Regiment Highland Light Infantry ", uno de los mejores regimientos del Ejército Británico y más deseados por la nobleza por la honorabilidad e influencia que suponían en el escalafón militar y en la alta sociedad.

El regimiento estaba en espléndido orden, todo al completo en el Fuerte San Jorge de Canadá,su Teniente Coronel Sir Charles Grey, era un hábil y competente joven oficial.El 28 de junio de 1838 recibió la notificación de su ascenso al rango de Teniente General.


En septiembre de 1839, Sir Samford Whittingham fue unánimamente elegido y promocionado,por la Corte Real de Directores del Ejército Británico, al cargo de Comandante en Jefe del Ejército Real de Madrás en el continente indio.


El 7 de febrero de 1840 antes de ocupar su puesto, regresó de nuevo a Inglaterra, en la fragata "Liconstant", para acudir a una audiencia concedida por el Rey. El 15 de abril zarpó hacia Madrás con sus dos ayudantes de campo que le correspondían por su alto cargo, llegando el 1 de agosto a su destino. Desempeñó su cargo con su seriedad y caballerosidad acostumbrada.


El 19 de enero de 1841, a las siete y media de la tarde, en su Residencia tuvo lugar su muerte. Sobre este suceso escribió su ayudante de servicio:

"....Su Excelencia había asistido a Consejo en el curso del día y, en su regreso a casa, alrededor de las cuatro, participó en un refrigerio ligero, y se fue a descansar un corto tiempo, ordenando a su criado que le llamara a las cinco, hora que había ordenado preparasen su carruaje con el propósito de conducirlo en la noche. Después de bajar las escaleras, entro en el recinto para dar algunas indicaciones sobre el montaje de la tienda de lona y, casi de inmediato, volvió quejándose de malestar. El doctor Cole fue llamado y llegó cerca de las seis menos cuarto y procedió a tomar a su Excelencia una cantidad considerable de sangre, pero la apoplejía se sucedió rápidamente, y ningún de los medios que adoptaron los doctores Cole como Lane, evitaron las consecuencias fatales, y expiró poco después del ataque...."

Al día siguiente, durante su funeral, se realizó un saludo de quince disparos de la batería en su memoria cuando el coche fúnebre llegó al puente del Gobierno, y un saludo de armas de fuego después de que el cuerpo fue depositado en la tumba, al lado de Sir Pigott, último Gobernador de Madrás, en el lado norte del púlpito, frente a la mesa de la comunión , que tenía enarbolada la bandera de la guarnición en la Iglesia anglicana de Saint Mary de Madrás.

Su popularidad con sus subordinados, a pesar de su gran rigor profesional, era una cuestión de notoriedad general y, como el difunto Lord Cowley dijo de él en su salida de España, se podría haber dicho lo mismo con respecto a la India " Sale de este país con el testimonio de todos los rangos, en su favor". La conclusión de las observaciones de Lord Cowley en cuanto a la ausencia de recompensa por " sus valiosos servicios en España" también se pueden aplicar en el caso de su larga estancia en la India.

En su blasón, había incluido un sencillo y expresivo lema en castellano " al mérito militar"

Al fin y al cabo su ascenso social se había forjado como militar en España.